Seguidores

domingo, 6 de enero de 2013

CAPÍTULO 18: DECEPCIÓN

Miiiiiiil perdones a todos mis lectorees!!! Siento haber tardado tanto, pero entre todo el follón de estas Navidades no me ha dado tiempo a más, pero en fin aquí tenéis el capítulo, espero que os guste muchiiiisimo. Ah y felíz añoooooooo!!!


La mirada y la sonrisa, ya está. Es lo único en lo que se parecen mi padre y mi tío. Nada más.  Su pelo es de un castaño claro y lleva la barba un poco descuidada.  No se como he llegado a confundirles, supongo que habrá sido el impacto de ver a la persona que más se le puede parecer  después de tantos años. Y es mi tío, en concreto mi padrino y está tan metido en todo esto de los protectores como lo estaba mi padre, incluso más. Hacía tiempo que no lo veía, según nos ha contado ha estado los últimos años en una misión especial en Francia. Mi hermana se ha quedado estupefacta ante las historias de París y la Torre Effiel, desde ahora el sueño de su vida es visitar alguna vez París.
-Bueno y ¿donde estás alojado ahora Dani?
-De momento en un hotel cerca de aquí pero espero encontrar algo pronto.
-Pues olvídate de seguir buscando, aquí te hacemos hueco a las niñas les encantará ¿verdad?
-Siiiii- chilla Clara emocionada.
-Bueno muchas gracias- contesta cogiendo a Clara y balanceándola en el aire.
-Bien- chilla Clara.
-Genial ya tengo chófer- suelto.
-Eso ya veremos- me contesta guiñándome un ojo.
Mi móvil empieza a sonar pero no está en mi bolsillo, se ha caído al sofá y antes de que pueda alcanzarlo Clara pega un salto y lo coge.
-¿Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii?- pregunta entre risas- ah, eres Cristopher el novio de mi hermano osea... que eres mi cuñado. ¿Te puedo llamar así? ¿Cuñado?
-¡Clara! Pásamelo ya- la agarro y le quito el móvil de las manos lo que provoca risas a mi alrededor- Cristopher era mi hermana, cuando la coja...- Clara se esconde tras mi madre riéndose.
-Que graciosa tu hermana.
-Mucho, bueno dime ¿que querías?- digo mientras subo a mi cuarto porque no puedo soportar que me estén mirando mientras hablo con él.
-Te llamaba por si querías dar una vuelta.
-Ah, vale por mi perfecto, ¿cuando pasas a recojerme?
-Ya estoy aquí abajo Nadia- olvidaba que el siempre anda cerca.
-Bueno pues bajo ya, espera un momento- me cambio de camisa por una que creo que es más decente y me arreglo un poco el pelo. No hay tiempo para el maquillaje- Mamá, bajo a dar una vuelta con Cristopher, vuelvo dentro de un rato.
-Bueno, pero no tardes mucho cariño.
-Vale vale,me dejas aquí solo con tu madre y tu hermana, esta te la guardo Nadia- a lo que le respondo sacándole la lengua.
-Oye- grita Clara.
-Ala un beso, hasta luego- bajo volando por las escaleras y en cuanto lo veo me lanzo y lo beso.
-Bueno, que estabas ¿de tarde familiar?
-Sí, algo así, ha venido mi tío de Francia.
-¿En serio? ¿El hermano de tu padre?
-Sí, él.
-Vaya se lo diré a mis padres, también eran amigos de él- estoy agarrada de su brazo. El sol ha comienza a caer. Hace un poco de brisa. Se puede decir que este momento es perfecto.
-¿Sabes ha quién van a examinar para entrar en la agencia española de rítmica?
-Madre mía, enhorabuena amor- dice abrazándome y elevándome del suelo.
-Sí, van a venir unos jueces muy importantes, incluso creo que uno viene del extranjero.
-Espera, ¿del extranjero? Lo siento mucho Nadia, pero no debes ir, no puedo dejarte.
-¿Por qué? ¿Qué problema hay?
-En la sede no hemos recibido ninguna información de que unos jueces vengan a examinarte. Esa gente podría ser cualquiera y hacer algo.
-Venga ya, eso te lo has montado tú solito- no entiendo porque se lo ha tomado tan mal, esperaba que se alegrase por mi.
-No Nadia, podría ser peligroso- dice cogiéndome del brazo.
-No, suéltame, ¿por qué no te alegras por mi?
-Claro que me alegro, pero no puedo permitir que acudas a esa prueba, por seguridad- puede que sea infantil, que sería mejor conversar, pero estoy tan enfadada porque haya reaccionado así, que me marchó corriendo. Chilla mi nombre un varias veces pero al final se cansa y comienza a seguirme. Pero le llevo venganza y consigo llegar al gimnasio donde me encierro y empiezo ha hacer giros y vueltas desahogando mi decepción.